¿Qué es Trauma Ocular?
Son las lesiones causadas al ojo cuando recibe del exterior un golpe contuso (como cuando se lanza una piedra), se causa una herida punzo cortante o penetrante (como cuando se corta con el vidrio de un automóvil) o quemaduras (como cuando recibe un cohete encendido o estalla en frente del ojo). Puede ser también lesiones causadas con un agente químico en los ojos.
Prevención de estas lesiones:
Generalmente los reglamentos de tránsito con respecto a velocidad y uso de cinturones de seguridad, pueden prevenir lesiones. Igualmente la precaución en los ámbitos industriales, en el manejo de ciertas sustancias y en el uso de gafas protectoras, tienen la finalidad de proteger los ojos ante algunos accidentes.
Con respecto a la población infantil, el permitir el acceso o manipulación de envases de vidrio o utensilios corto punzantes para jugar, como las tijeras o navajas, incrementan importantemente el riesgo de sufrir trauma ocular severo.
¿Tiene iguales consecuencias el trauma ocular en un niño que en un adulto?
Recibir un trauma ocular implica el riesgo de presentar complicaciones que comprometan seriamente la visión del afectado cualquiera que sea su edad.
No obstante la edad en menores de 6 años agrega los inconvenientes de un desarrollo incompleto de memoria visual con la posibilidad de presentar ambliopía como consecuencia y la marcada reacción inflamatoria inherente a los pacientes de corta edad, concediéndoles una mayor probabilidad de vítreoretinopatía Proliferativa en los casos de trauma penetrante.
¿Qué es un Trauma Contuso?
Son las lesiones causadas por un golpe en el ojo con un objeto romo y pesado (una, piedra, un puño, un mazo, etc.) que destruyen las estructuras del ojo por la enorme presión instantanea que causan. Complican otras afecciones que ya existan en el ojo.
Son muchas las complicaciones que pueden acompañar al trauma contuso y algunas de ellas pueden evolucionar en forma silenciosa comprometiendo severa e irreversiblemente la visión. Dos ejemplos de ellos son la hipertensión ocular por glaucoma secundario a un receso angular, y un desgarro retiniano, el cual puede progresar meses o años más tarde a un desprendimiento de retina, afección de considerable gravedad.
Por lo tanto, es prudente que todos estos pacientes sean valorados por un oftalmólogo aunque no refieran síntomas importantes.

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