La importancia del examen ocular en el paciente diabético
Dr. Luis Felipe Hernández
La diabetes es una enfermedad que afecta aproximadamente al 5% de la población del mundo y a medida que el cuidado del diabético permite una mayor expectativa de vida, este porcentaje aumenta. En nuestro país eso significa que aproximadamente medio millón de guatemaltecos padecen de Diabetes.
Entre las complicaciones más temidas de la diabetes están la nefropatía diabética (afección de la función renal), la neuropatía diabética (daño a los nervios periféricos) y la ceguera diabética. De esta última es que nos ocuparemos ahora.
Nuestros ojos son los instrumentos a través de los cuales recibimos información importantísima para todas las actividades de nuestra vida diaria: estudio, trabajo, deportes, lectura, computadora, cine, televisión, manejar el automóvil, caminar por la calle, etc.
La diabetes hace impacto en varias partes del ojo: problemas refractivos, aumenta la incidencia de catarata, glaucoma y trastornos vasculares. Pero lo realmente grave es la afección de la retina (Retinopatía Diabética) que si no es detectada y tratada tempranamente conduce a la pérdida irreversible de la visión. En sus fases iniciales la retinopatía diabética no causa ningún síntoma que pueda alterar al paciente; pudiendo progresar en “forma silenciosa” y luego súbitamente presentarse con la pérdida abrupta de la visión de un ojo por una hemorragia severa.
La diabetes afecta la visión de la población “económicamente activa” causando un serio problema a los pacientes afectados, que ven disminuidas sus oportunidades de trabajo debido a la deficiencia visual.
La sociedad en general también recibe el impacto a través de las instituciones de seguridad social que deben resolver la situación socio económica de los afiliados que pierden la visión. Las complicaciones oculares de la diabetes traen consigo problemas económicos ya que además de la limitación visual para sus actividades laborales, los pacientes tendrán que afrontar gastos elevados en el tratamiento de sus problemas de salud.
La calidad de vida de las personas que presentan deterioro visual disminuye a medida que aumenta su dependencia de las personas que presentan deterioro visual disminuye a medida que aumenta su dependencia de las personas que les rodean. Todo ello tiene también un impacto negativo en la auto-estima personal.
La diabetes altera el sistema vascular de la retina produciendo una deficiencia lenta y progresiva de la oxigenación de las células retinianas, que son muy sensibles a la disminución de la concentración de oxígeno y producen una serie de fenómenos degenerativos que llevan a la destrucción del tejido de retina con la consiguiente pérdida irreversible de la visión o sea CEGUERA.
El mensaje importante a transmitirse a nuestros pacientes es que la ceguera diabética puede evitarse o limitarse. Es responsabilidad de todos los médicos generales, internistas, endocrinólogos, etc., que tienen a su cargo el cuidado de pacientes diabéticos, advertirles sobre la posibilidad de desarrollar este tipo de complicaciones y la necesidad de tener una evaluación periódica de sus ojos por un médico oftalmólogo, de preferencia especialista en el tratamiento de las enfermedades de la retina.
El diagnóstico temprano de la retinopatía diabética permite iniciar el tratamiento adecuado con el rayo láser, de las lesiones incipientes, evitando que esas lesiones progresen a estadíos avanzados y por lo tanto preservando las valiosas células visuales.
Una vez ha avanzado la retinopatía diabética, el tratamiento agresivo con rayo láser es necesario para estabilizar el proceso. Algunos de estos pacientes requerirán de operaciones quirúrgicas especiales para re-acondicionar los tejidos intraoculares. Uno de estos procedimientos es la Vitrectomía, la membranectomía, la aplicación de endolaser, etc. Sin embargo estos procedimientos son para casos avanzados y la recuperación visual puede ser limitada.
Investigaciones recientes han demostrado absolutamente que el control estricto de los niveles de glucosa en la sangre (glicemia), manteniéndolo dentro de los límites normales (de 80 a 110 mg) previenen o retrasan la aparición de las complicaciones de la diabetes.
En conclusión podríamos resumir que todo diabético debe:
1. Informarse sobre la diabetes, sus causas y su tratamiento.
2. Saber de todas las posibles, complicaciones de la diabetes.
3. Mantener un control lo más estricto posible de los niveles de la glicemia y de la hemoglobina glicosilada.
4. Consultar periódicamente a médicos especialistas: Oftalmólogo (retinólogo), neurólogo, cardiólogo.
5. Saber que los cuatro pilares del tratamiento de la diabetes son: a) dieta, b) ejercicio, c) medicamentos y e) evaluaciones periódicas por los especialistas.
6. Recordar que siempre es mejor prevenir que lamentarse.

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