Escrito por el Dr. Fredy Oswaldo López
Visión Integral- Guatemala
Imagínese por un momento que usted tratara de leer estas líneas y lo único que pudiera percibir fuera una especie de sombra central que le impidiera ver lo que está en el centro. Alguien lo llama por su nombre y cuando usted sube su rostro para buscar quien le llama, no lograra ver su cara, tan solamente a los lados de la misma.
Si este fuera el caso y si a esto agregamos que tuviera más de 60 años de edad, usted podría estar en riesgo de tener una enfermedad de la retina llamada Degeneración Macular asociada a la Edad (DME)
Para entender esta enfermedad es necesario explicar de una forma muy sencilla cómo funciona nuestro ojo. El ojo es como una cámara: cuando uno toma una foto la luz debe pasar a través de la lente, se debe enfocar en la parte posterior de la cámara y en este momento se realiza la toma.
En el ojo, las partes más anteriores para su correcto funcionamiento deben ser claras y que permitan pasar la luz: la córnea, la pupila y el cristalino, la parte posterior del ojo es en la que se deben enfocar los rayos de luz para que esa imagen pueda ser llevada hacia el cerebro por el nervio óptico para su interpretación.
La pared posterior es la retina, y en general tiene dos partes: la retina periférica y la mácula. Para imaginar la zona macular es la zona posterior, si lo imaginamos como una imagen de TIRO AL BLANCO, correspondería al punto central.
Entre las funciones de la retina periférica está la llamada visión periférica, es aquella visión que nos permite mirar lo que está al lado de lo que estamos viendo (por ejemplo al hablar con alguien y mirar su cara, puedo también ver lo que está a los lados “de reojo”) y la visión nocturna. Las funciones de la región macular son más finas: corresponde a la visión de colores, a la visión de detalles finos, de lectura, la que nos ayuda para enhebrar una aguja, para recoger pequeñas cosas que se caen de la mesa.
La degeneración macular asociada a la edad, es una enfermedad que afecta principalmente a la región macular. Aunque se ha invertido mucho tiempo y recursos para entenderla, aún no se logra encontrar la explicación de cómo se origina y porqué razones.
En general se podría decir qué el único factor que es constante en todos los estudios es que la edad es el principal, arriba de los 60 años de edad aumenta el riesgo de presentarse. No existe una predilección por grupos sociales, culturales o raciales y se caracteriza por una pérdida progresiva de la visión central con un severo deterioro en la calidad de vida de estas personas.
Existen varios niveles de la enfermedad, al principio las personas pueden presentar los primeros signos de la enfermedad, los llamados “drusen o drusas”, los cuales son cambios que se observan en una estructura de la retina llamada Epitelio pigmentario de la Retina. Estos cambios pueden estar presentes y la mayoría de pacientes estar asintomáticos, a esta fase de la enfermedad se le conoce con el nombre de Degeneración Macular asociada a la Edad de tipo Seco.
Estos cambios pueden tomar dos caminos, por un lado pueden quedarse sin progresar, y en otras personas si lo hacen, esto puede llevar a profundizarse los cambios pigmentarios y aumentar el riesgo de formar una membrana neovascular. Esto se conoce con el nombre de Degeneración Macular asociada la Edad de tipo húmeda, y generalmente se acompaña de un serio deterioro en la calidad visual del paciente que afectará su calidad de vida, principalmente si esto se llegara a presentar en ambos ojos (que no es algo raro).
El tratamiento apropiado en general es muy difícil, pero parte del éxito pasa por una detección temprana, se recomienda el uso de vitaminas antioxidantes, de terapia antiangiogénica, y hay en progreso una increíble cantidad de diferentes sistemas para ayudar a estar personas. Un examen muy sencillo que se puede realizar para detectar si una persona está en riesgo de presentar este problema es realizar un examen llamado Rejilla de Amsler (véase el esquema), el cual para su correcto uso se deberán seguir las instrucciones que generalmente traen estas pruebas.
Nuestra recomendación es que si hay cambios o si hay alguna sospecha mejor es que consulte lo más pronto a su Oftalmólogo. El objetivo de la terapia, principalmente en casos de la fase HUMEDA, es evitar que se formen cambios cicatrizales, ya que éstos se asocian a un mal pronóstico tanto visual como anatómico de la enfermedad.

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