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Lagrimeo en bebes

Con frecuencia notamos que a los bebés recién nacidos (2 – 4 semanas) le lloran mucho uno o los dos ojos, peor aún, le amanecen pegados y a pesar del uso de antibióticos y anti-inflamatorios variados la secreción (chele o lagaña) persiste.

La principal causa de epífora (lagrimeo) en recién nacidos es la obstrucción lagrimal congénita y ocurre en el 5 ó 6% de los niños. Algunos estudios revelaron que el conducto lagrimal se encuentra obstruido en el 54% de los recién nacidos normales y se abre en las primeras 48 horas.

Los síntomas o signos clínicos pueden variar desde sólo lagrimeo y la salida de abundante secreción mucopurulenta, hasta la compresión del saco lagrimal y la formación de una pequeña masa a ese nivel (Mucocele). Ésta secreción al secarse pueden formar costras que se quedan incrustadas entre las pestañas de ambos párpados, y se pone peor con infecciones respiratorias superiores y alergias.

Es muy importante el diagnostico adecuado ya que se puede confundir con:
a) Conjuntivitis bacteriana,
b) Blefaritis
c) Glaucoma congénito (muy importante) en el cual además de la epifora existe fotofobia, agrandamiento y opacidad de la córnea lo que no se observa en la obstrucción del conducto lagrimal.

¿Por qué se produce el lagrimeo (epífora) en los bebés?

La lágrima, normalmente, después de limpiar la superficie ocular drena por los puntos lagrimales que son dos pequeños orificios de 0.2 - 0.3mm de diámetro colocados en la parte interna del ojo, una superior y otra inferior. Cada punto se continúa por un canalículo con tejido elástico que permite la dilatación.
Estos se unen luego para formar el canalículo común antes de desembocar en el saco lagrimal a través de una pequeña válvula. Del saco lagrimal llega al conducto naso lagrimal para drenar en la nariz. Es al final de este ducto donde se encuentra la membrana que bloquea el drenaje.

Tratamiento del lagrimeo en niños:
A pesar de lo aparatoso del cuadro clínico, el pronóstico en general es muy bueno ya en el 95% de los casos el canal se puede permeabilizar sólo en los primeros 10 ó 12 meses de vida.

El tratamiento conservador consiste en hacer un masaje con los dedos sobre la región lagrimal varias veces al día. Este masaje tiene doble propósito: vaciar el saco lagrimal lo que reduce la posibilidad de infecciones y ejercer presión hidrostática directa lo que puede ayudar a la apertura del canal.

Se puede recomendar el uso temporal de antibióticos cuando la secreción es muy abundante lo que la hará más clara pero no se resolverá hasta que se destape el conducto.

La secreción produce irritación crónica al niño y en ocasiones muy raras se puede complicar con conjuntivitis dacriocistitis e incluso celulitis pero no afecta en absoluto el desarrollo visual del niño.

Cuando los síntomas persisten después de los 10 – 12 meses de edad puede tratarse de una obstrucción total y se recomienda el tratamiento quirúrgico bajo anestesia general.

Este procedimiento se llama sondaje o sondeo y consiste en dilatar los puntos lagrimales y luego pasar una delgada sonda para romper la membrana en la parte inferior del canal (válvula de Hosner) no se necesita hospitalización y generalmente se resuelve el problema por completo una semana después al desaparecer el edema (hinchazón) producido.

Una pequeña proporción de niños no se resuelven con el sondaje, pues pueden tener variantes anatómicas como estenosis severas de los canalículos. Esto se observa con más frecuencia en niños con síndrome de Down y aunque se sospecha que necesitará una cirugía mayor se puede probar inicialmente con el sondeo que es menos invasivo.

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