
Escrito por la Dra. Ana Raquel Hernández
Oftalmóloga Pediatra
Las alergias oculares son un problema muy común en los niños. Usualmente se asocian a otros problemas alérgicos como asma, rinitis alérgica y problemas de la piel.
Las alergias oculares pueden dar muchos y variados síntomas como picazón, ardor, ojos rojos, visión borrosa, párpados hinchados, lagrimeo, secreción o “cheles” o lagañas, y les molesta la luz entre otros.
Estos cuadros de alergia pueden ser crónicos, recurrentes o cíclicos y posiblemente estacionales (relacionados con las estaciones del año o primaverales).
La conjuntivitis alérgica se da cuando algo, a lo que la persona es alérgica, irrita la conjuntiva. Esto desencadena una reacción de su sistema inmunológico y produce altos niveles de Inmunoglobulina E (IgE), lo que a su vez da los síntomas y las molestias asociadas.
Algunos de los agentes causantes de la alergia pueden ser: polen, esporas de moho, hongos, ácaros, caspa animal, pelos animales, colorantes, químicos y preservantes de comida, harinas y látex.
Para hacer el diagnóstico correcto es importante tomar en cuenta la historia familiar de alergias, los síntomas, la temporalidad de las molestias (si es primaveral o perenne), la presencia de mascotas y los hábitos personales.
Es también importante la observación del paciente y la realización de algunas pruebas adicionales como las pruebas cutáneas o la medición de los niveles de Ig E total o específicos podrían ayudar aunque no son necesarias. Sin embargo, es el cuadro clínico el que determina el diagnóstico.
La conjuntivitis alérgica es una condición crónica que no se quita o cura. Puede variar en sus manifestaciones y mejorar con el clima y la edad del paciente pero usualmente necesitará control y tratamiento con cierta regularidad.
En cuanto al tratamiento de las alergias, lo ideal es eliminar el agente causante pero en la mayoría de los casos, esto no es posible.
Se utilizan entonces medicamentos tanto tópicos (gotas) como sistémicos (tomados), compresas frías; además se requiere una limpieza especial del ambiente, el control de la humedad, evitar alérgenos como flores, plantas o pólenes, evitar el humo de cigarrillos o de los carros, modificar hábitos alimenticios, cambiar o evitar uso de cosméticos y muchas otras medidas especificas para cada caso.
Los medicamentos que se utilizan para el control de las alergias son muy variados. Se usan antihistamínicos, estabilizadores de las células (mastocitos) que liberan mediadores de la alergia, anti-inflamatorios, descongestivos, antihistamínicos orales, antiinflamatorios no esteroideos, corticoesteroides tópicos e inmunosupresores tópicos.
Como terapia coadyuvante se agregan substitutos de lágrimas y lubricantes oculares, cada paciente es distinto y necesita diferentes medicamentos. Es importante recordar que no debe automedicarse ya que esto puede traer consecuencias negativas o complicaciones agregadas al cuadro alérgico.
Las alergias en general requieren de mucho cuidado y observación del agente causante y evitarlo en la medida de lo posible. Su atención puede necesitar el trabajo en equipo de oftalmólogos, dermatólogos, alergólogos y algunos otros profesionales de la salud.
La mejor recomendación es tratar de llevar una vida sana que incluya una alimentación completa, equilibrada, suficiente, variada y adecuada para cada persona. Se debe tratar de incluir todos los grupos de alimentos, tratar de moderar el consumo de alimentos procesados, ahumados y curados, beber abundante agua y tratar de controlar el ambiente en el que se vive.
Las medidas del control del ambiente pueden incluir evitar el uso de aerosoles, químicos y el cigarrillo.
Al hacer limpieza del ambiente manejar el polvo preferiblemente con aspiradora, evitar los peluches y las mascotas en el dormitorio y ventilar los ambientes de la casa.
El vigilar lo que consumimos y cuidar nuestro medio ambiente pueden ayudar a prevenir y tratar las reacciones alérgicas.

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