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Presbicia

Por el Dr. Luis Felipe Hernández
Recién cumplí los 40! y sucede que he empezado a tener dificultad para leer la letra pequeña. Ahora tengo que retirar el libro para lograr enfocar la letra, principalmente si es muy pequeña.

En el párrafo anterior se muestra una consulta muy frecuente en todas las clínicas oftalmológicas. Generalmente el paciente está un poco ansioso porque no se explica lo que le está pasando y ha oído que “… son cosas de la edad…”, con lo cual se pone más nervioso aún.

Lo primero es establecer que nada serio ni maligno está ocurriendo en sus ojos. Una explicación sencilla nos ayudará a comprender el fenómeno, a relajarnos y a solucionarlo.

Pensemos que nuestro ojo es similar, en su funcionamiento, a una cámara fotográfica. La cámara fotográfica tiene en su estructura un mecanismo de enfoque automático (auto focus o zoom), que le permite enfocar con nitidez, imágenes que están a diferentes distancias. Podemos enfocar un avión en pleno vuelo, a nuestro hijo jugando en el jardín o la pequeña abeja que está sobre una flor.

Del mismo modo que la cámara puede enfocar imágenes que están a diferentes distancias, nuestro ojo tiene un mecanismo similar, se le llama ACOMODACIÓN y se hace por acción de unos músculos dentro del ojo (los músculos ciliares). Estos músculos actúan sobre el cristalino, que es la lente natural de nuestro ojo, produciendo los cambios de curvaturas necesarios, para enfocar una imagen, a una distancia determinada.

Este maravilloso proceso es completamente automático, o sea que no depende de nuestra voluntad, y es sumamente activo en los niños y los jóvenes. Por tratarse de un mecanismo muscular, es susceptible de fatigarse e irse volviendo menos eficiente a medida que la edad avanza.

La observación clínica nos demuestra que alrededor de los cuarenta años (algunas personas antes y otras más tarde) pueden iniciarse los síntomas de esta deficiencia de enfoque en la visión cercana (de lectura), que se llama PRESBICIA.

Los síntomas de la Presbicia son los siguientes:
1. Visión borrosa del material de lectura, que se aclara al retirar el material aumentando la distancia focal.
2. Cansancio con la lectura prolongada, por el esfuerzo del músculo ciliar, mantenido por largo tiempo.
3. Sueño fácil a los pocos minutos de estar leyendo, nos sentimos con sueño y dejamos la lectura.
4. Equivocarse con las líneas de lectura.
5. Pérdida de la concentración. El esfuerzo por mantener el enfoque hace que no captemos el significado de la lectura y tenemos que volver y re-leer el texto. El avance en la lectura se vuelve lento y errático.
6. Dolor de cabeza, si insistimos en continuar con la lectura o el trabajo de cerca (computadora, por ejemplo).
7. Pérdida del gusto por la lectura, debido a todas las molestias mencionadas anteriormente.

Las buenas noticias sobre la presbicia son:

Que este fenómeno es completamente normal en todos los seres humanos y que va a variar de persona a persona dependiendo del requerimiento visual para sus actividades y del estado refractivo de sus ojos (necesidad o no de anteojos para ver de lejos).

Que es fácilmente corregible con el uso de los anteojos adecuados; con lo cual se recupera nuestra capacidad de leer claramente y nuestro gusto por la lectura.

Aunque los anteojos de lectura, pueden obtenerse muy fácilmente en farmacias y supermercados, simplemente haciéndonos la prueba de “…con cuál veo mejor?...”, es muy recomendable hacerse examinar completamente sus ojos, por un oftalmólogo ya que en muchos casos la medida de un ojo no es igual a la del otro, además de asegurarse que todos los otros aspectos de la salud ocular están en orden.
 

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ATENCIÓN: La información publicada aquí no tiene el propósito de reemplazar el diagnóstico, tratamiento o consejo de un médico profesional. Usted siempre debe consultar a un profesional de la salud con las preguntas específicas sobre alguna condición médica.