
Los 5 factores para que los anteojos queden perfectos
por el Dr. Fredy Lopez M.
Si estás leyendo este artículo, es probable que hayas tenido un problema con tus anteojos o conozcas a algún familiar o amigo que haya pasado por algo así.
Es muy importante conocer las diferentes fases por las que pasa la producción de los anteojos para que finalmente lleguen al paciente y así comprender en dónde podría darse un problema con los mismos y tratar de evitarlo en la medida posible.
El primer aspecto, y probablemente el más importante, es si existe la indicación para el uso del anteojo. Esto deberá de ser el resultado de la evaluación de los síntomas que tenga el paciente y los hallazgos que encuentre el especialista al que se consulta (oftalmólogo u optometrista). Al juntar toda esta información se decide si la mejor opción para resolver las necesidades particulares de ese paciente es la prescripción de gafas (o anteojos).
En este punto es muy importante mencionar que existe un pequeño porcentaje de problemas visuales relacionados con el balance muscular, los cuales si no se diagnostican correctamente el tratamiento nunca será efectivo. En ese caso el paciente estará quejándose que mira mal, y peor si le dejaron unas gafas que no tienen la terapia específica (por ejemplo prismas); será un “cliente insatisfecho” hasta que llegue a un lugar donde se le pueda hacer un diagnóstico correcto.
Después de esto, el paciente tendrá en su poder la receta de sus anteojos y entonces pasará a elegir la mejor óptica para hacerlos, ¿cómo elegir la mejor óptica?
Pensamos que debe ser aquella óptica en la que la persona tenga mucha confianza, ya sea por referencia, o porque siempre han trabajado con ellos. En muchas clínicas hay una óptica con la ventaja de que si hubiese un problema en la construcción del anteojo es más sencillo hacer un reclamo.
Al momento de elegir un aro o montura para los anteojos hay varios aspectos son importantes, el primero es el económico ¿cuánto es lo que puedo pagar por la montura? Este es un dato muy importante que la persona que nos asesore en la óptica deberá conocer y tener siempre en cuenta en el momento de sugerir una montura. Otros aspectos técnicos a considerar para escoger una montura son:
• La distancia pupilar del paciente. Esto se refiere a la medida que hay de una pupila del ojo a la otra, el promedio de esta distancia es de 60 a 62 mm, pero siempre se deberá medir cuidadosamente ya que existe mucha diferencia en algunos pacientes. La montura debe ser el tamaño adecuado para acomodar la distancia pupilar del paciente.
• La montura es que no debe quedar floja ni tampoco apretada en la sien de la persona, además las orejas deberán estar cómodas.
• La medida del puente nasal de la montura debe coincidir con la del paciente.
• Dependiendo del gusto de cada uno, el aro o montura debe más o menos coincidir con la ceja del paciente. Se debe cuidar que no quede ni muy abajo ni muy arriba.
• Si el paciente es un niño, se deben elegir aros adecuados para niños. Es increíble cuántos lugares venden aros de adultos pequeños y los adaptan para niños.
El tercer aspecto a considerar es el laboratorio en donde se fabricarán los lentes. Generalmente la elección del laboratorio no está en las manos del paciente sino de la óptica y es por eso que la elección de la óptica es importante.
El laboratorio selecciona la calidad del material con el que se hacen los lentes y se asegura de fabricar la lente con las medidas exactas de la prescripción del especialista y de la óptica.
Esto, al final, permitirá construir unos anteojos donde el paciente quede totalmente satisfecho y contento.
El último aspecto importante es el momento en que el paciente recoge los anteojos en la óptica ya que en muchos casos es necesaria la adaptación de los mismos, especialmente cuando los lentes son bifocales o multifocales.
El proceso de enseñarle al paciente a adaptarse a los nuevos anteojos generalmente lo realiza la persona que atiende en la óptica. Este es el momento en que se le deberá dar al paciente la información para el uso y el cuidado adecuado de sus gafas con el objetivo de prolongar su buen estado, especialmente si son de policarbonato, cada vez más popular, o se han agregado sistemas adicionales como los anti-reflejantes.
Podemos observar que no es tan fácil detectar dónde está el problema cuando los anteojos que nos prescribieron no satisfacen nuestras necesidades. Para resolver un problema de este tipo es crítica la comunicación con el médico especialista.

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