
La blefaritis es problema relativamente común en la consulta en las clínicas oftalmológicas. Éste se relaciona con la caída de las pestañas, la inflamación de la orilla de los párpados, los problemas con el uso del maquillaje, y el ojo rojo. Algunos pacientes asocian este problema a la presencia de “caspa” en la orilla de las pestañas y, aunque el diagnóstico no es exclusivo, todos estos problemas podrían corresponder a la llamada blefaritis.
La definición de blefaritis es simplemente “inflamación de los párpados”.
La definición de blefaritis es simplemente “inflamación de los párpados”. Sin embargo la blefaritis engloba una serie de eventos anormales que se caracterizan por una disfunción de unas glándulas que se encuentran en la orilla de los párpados, las llamadas glándulas de Meibomio. La función de las glándulas de Meibomio corresponde a la producción de grasa, elemento vital para la estabilidad de la lágrima que producen las glándulas lagrimales. Cuando estas glándulas no funcionan correctamente se pueden llegar a obstruirse y se estancan sus secreciones, lo que lleva a la formación de ácidos grasos que irritan la superficie ocular.
Cuando se da esto los párpados están inflamados y enrojecidos. Los ojos se pueden irritar produciendo una secreción de mucosa y proteínas los cuales, al acumularse en el margen palpebral, crean una costra, y esto es lo que algunas personas comparan con la “caspa”. Si este proceso no se anula, en estas costras o “caspa” se dan las condiciones para el crecimiento de bacterias, las cuales a su vez liberan toxinas, lo que puede meter al ojo a un círculo vicioso terrible, donde se irritan más los párpados y empeoran aun más el proceso patológico.
Esta cadena de eventos de la blefaritis que inicia con la disfunción de las glándulas de Meibomio en el párpado, irritación y formación de las costras en el margen palpebral y la infección bacterial, produce un deterioro constante que puede abarcar un amplio grupo de manifestaciones clínicas; desde un ojo rojo en la orilla de los párpados, pasando por fuertes molestias en la superficie ocular hasta una severa disminución de la visión.
El tratamiento de la blefaritis incluye diferentes modalidades, pero en general la parte más importante y fundamental consiste en una adecuada limpieza de la orilla de los párpados. Esta limpieza se debe realizar idealmente con agua tibia y utilizando algún champú que podría ser los que se usan para la limpieza de bebes (debido a que no son irritantes). Para no modificar los hábitos que una persona tiene, se puede realizar la limpieza al momento de bañarse. La limpieza debe realizarse lentamente, sin lastimar los párpados y el objetivo sería la remoción de las “costras” o de la “caspa”.
Un alto porcentaje de blefaritis se curan únicamente con esta medida, la cual para que sea eficiente y efectiva debe ser constante. El resto del tratamiento, dependiendo del nivel de severidad de la blefaritis, puede incluir el uso de alguna terapia farmacológica, pero ésa deberá decidirse con su oftalmólogo de confianza. En general, toda la comunidad oftalmológica insistirá en que la parte más importante del tratamiento de la blefaritis radica en la adecuada limpieza de la orilla de los párpados.

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