
Dra. Diana M. Meneses Guzmán
La carnosidad en el ojo o pterigión, es una de las enfermedades más frecuentes en los pacientes que consultan para una evaluación oftalmológica. Es un crecimiento en forma de ala sobre la córnea, que es la parte transparente en el frente del ojo. Este se desarrolla en las personas que viven en lugares donde hay mucho polvo o que han trabajado debajo del sol durante mucho tiempo.
¿Por qué los pacientes con pterigiones o carnosidades en el ojo deben realizarse un chequeo oftalmológico?
Una enfermedad que se relaciona frecuentemente con los pterigiones o carnosidades en los ojos son las neoplasias de la superficie ocular. Estas neoplasias son tumores, que pueden ser cáncer o precursores del mismo. Hasta la fecha no hay diferencias en apariencia que los distinga, por lo cual la evaluación oftalmológica de rutina es muy importante.
¿Cómo pueden las carnosidades afectar el ojo?
Los pacientes se pueden quejar de irritación, dolor u ojo rojo. Otros pueden notar el crecimiento de una masa blanca o amarilla sobre la superficie del ojo o tener sensación de cuerpo extraño. Hay una variante que puede ocultarse como una conjuntivitis crónica, por lo que su médico podría indicar una biopsia si esta lleva más de 3 meses sin mejoría. Muy raramente el paciente percibe una disminución de la visión.
¿Por qué es necesario tratar las neoplasias de la superficie ocular?
Las neoplasias de la superficie ocular son similares a las manchas de sol o el cáncer de la piel. Deben ser tratadas, si no, tienen el potencial de crecer y causar daño a otras partes del ojo e incluso dar metástasis a otros tejidos. El crecimiento de estas lesiones es lento, pero siempre es mejor tratarlas en una etapa temprana para evitar complicaciones.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles para las neoplasias de superficie ocular?
Actualmente las neoplasias de la superficie ocular pueden ser tratadas con colirios, cirugía o una combinación de los dos. El tratamiento con colirios incluye los agentes para quimioterapia Mitomicina C y 5 Fluoracilo. Estos medicamentos tienen la ventaja que tratan la superficie del ojo por completo, para desaparecer células anormales. Deben ser aplicadas por periodos de semanas a meses y el cumplimiento del tratamiento es muy importante; ya que si hay una respuesta a este tratamiento, es posible que su oftalmólogo no indique cirugía.
De no haber una repuesta adecuada o si el tumor es muy grande, será necesario operar el ojo y aplicar terapia fría para evitar que ésta vuelva a aparecer. Las lesiones son enviadas siempre al patólogo para su análisis. Los pacientes deben presentarse a sus controles periódicos para valorar que no haya nuevos tumores.

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