
Por el Dr. Luis Felipe Hernández
Los ojos, como los otros órganos de nuestro cuerpo, pueden verse afectados por enfermedades que pueden ser específicas de los tejidos del ojo o bien ser consecuencia de algunas enfermedades generales (sistémicas).
Cuando se habla de enfermedades de los ojos, inmediatamente pensamos en todas las personas que conocemos que necesitan anteojos o lentes de contacto para poder ver bien. Sin embargo el usar anteojos no se considera como enfermedad ocular, pues está relacionado con las dimensiones y curvaturas del ojo que producen una falta de enfoque de la luz; pero los tejidos estructurales del ojo son generalmente, saludables; o sea no están enfermos.
Este es un concepto importante ya que en la experiencia clínica, es frecuente que al preguntarle a los pacientes ¿hay en su familia alguien enfermo de los ojos? suelen responder: “Sí, todos usan anteojos” o bien “no, no hay nadie con anteojos”.
El anteojo se ha unido siempre a la idea de “enfermedad” del ojo. Ahora sabemos que esto no es cierto. Ocurre comúnmente que las personas que usan anteojos tienen sus ojos completamente sanos y por el contrario, personas que no usan anteojos pueden tener alguna enfermedad seria.
Vamos a señalar algunos de los padecimientos oculares más frecuentes.
1. Pterigión: Es una membrana que crece sobre la córnea y se muestra como una “carnosidad”. Puede estar relacionado con la exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar, o falta de producción de lágrimas, contaminación ambiental, y también presentarse como un rasgo heredo-familiar. Produce episodios de irritación e inflamación. La mayoría de las veces se controla con el uso de alguna gota, pero en los casos avanzados pueden requerir tratamiento quirúrgico.
2. Infecciones: Diferentes tipos de infecciones pueden afectar el ojo. Entre ellas encontramos afecciones producidas por bacterias, virus, hongos y algunos otros microorganismos menos frecuentes. Dependiendo del tejido involucrado, se le nombrará de diferente forma así:
Infección de los párpados = Blefaritis
Infección de la conjuntiva = Conjuntivitis
Infección de la córnea = Queratitis
Infección de las vías lagrimales = Dacriocistitis
El tratamiento suele ser médico con el fármaco adecuado dependiendo de la naturaleza del germen causante de la infección.
3. Glaucoma: Es muy importante conocer esta enfermedad ya que es una de las causas más frecuentes de ceguera irreversible en el mundo, con el agravante que no da síntomas, no nos avisa de su presencia, razón por la que le ha llamado “el ladrón silencioso de la visión”.
Cuando una persona con glaucoma se percata que tiene “algo en sus ojos que no está bien”, probablemente ya perdió una buena parte de su visión.
El daño se ubica en el nervio óptico y tiene relación con los niveles de presión intraocular. La visión que se pierde al principio es el campo visual periférico y luego va avanzando hacia el área central de la visión.
Existe otro tipo de glaucoma que se presenta en forma abrupta, aguda, se le llama glaucoma de ángulo cerrado. Es una verdadera emergencia y se trata con láser.
La historia familiar tiene importancia ya que hay cierta tendencia heredo-familiar cuando se habla de glaucoma. El uso de ciertos medicamentos (esteroides) puede causar un tipo de glaucoma secundario.
El tratamiento del glaucoma suele ser con medicamentos, pero para casos que no responden a éstos, existen otras técnicas como láser y diferentes tipos de operaciones quirúrgicas, o combinaciones de los diversos tratamientos.
4. Catarata: Es la pérdida de la transparencia del cristalino del ojo (que es la lente natural del ojo), con la consiguiente disminución de la visión.
Esta opacificación del cristalino ocurre, en la mayoría de los casos, como resultado de la edad avanzada, pero existen otras causas entre las que podemos mencionar: procesos inflamatorios, traumas, enfermedades sistémicas metabólicas (por ejemplo la diabetes), el uso prolongado de algunos medicamentos (esteroides), incluso puede presentarse como un defecto congénito, en niños recién nacidos.
El tratamiento de la catarata es quirúrgico. Se dispone, actualmente de diferentes técnicas que tienen como finalidad la eliminación de la opacidad y la rehabilitación visual mediante el uso de lentes intraoculares, lentes de contacto o anteojos, dependiendo del caso.
En el caso más frecuente de la catarata relacionada con la edad, el procedimiento quirúrgico se practica en forma ambulatoria (sin hospitalización), con anestesia local y la recuperación de la visión es prácticamente inmediata. Es la operación que más se practica en el mundo y tiene un altísimo índice de rehabilitación y un índice bajo de complicaciones.
5. Desprendimiento de retina: Es una situación muy seria para el ojo, ya que la visión se pierde y depende de la prontitud con que se efectúe el tratamiento, que la recuperación visual sea adecuada y sin secuelas.
La retina se desprende por un proceso interno de tracción que el humor acuoso ejerce sobre la superficie retinal, causando una ruptura, a través de la cual se introduce líquido que levanta la retina. El tratamiento es quirúrgico y debe hacerse lo más pronto posible.
Los síntomas que se presentan son: percepción de luces, como relámpagos, seguidos de sombras flotantes y finalmente la disminución de la visión. No se experimenta dolor en todo el proceso. Diferentes tipos de traumatismo del globo ocular como contusiones o heridas penetrantes pueden producir desprendimiento de la retina.
6. Uveitis: Este término agrupa una serie de condiciones intraoculares que se caracterizan por inflamación de los tejidos haciendo que se presente “turbidez” (falta de transparencia) en el interior del ojo.
Las causas son múltiples, pero deben mencionarse la Toxoplasmosis y Toxocariasis (presencia de un parásito en la retina), reacciones inmunológicas de origen desconocido, etc. El tratamiento es médico y va a variar dependiendo la causa original.
Los casos severos de uveitis pueden complicarse con el desarrollo de catarata y glaucoma secundarios a la inflamación. La retina también puede verse severamente involucrada.
7. Manifestaciones oculares de enfermedad sistémica
Las enfermedades sistémicas pueden afectar diferentes tejidos del ojo, por ejemplo: La diabetes (retinopatía diabética), la hipertensión arterial (retinopatía hipertensiva, oclusiones de venas retinianas), el hipertiroidismo (se afectan los músculos extraoculares y los tejidos de la órbita), algunas enfermedades neurológicas pueden afectar el nervio óptico (atrofia óptica, papiledema, neuritis, etc).
Hemos hecho un pequeño bosquejo de los problemas que pueden presentarse en nuestros ojos.
El mejor consejo es mantener un buen estado de salud ocular, mediante exámenes periódicos con el oftalmólogo, o bien consultando inmediatamente si se presenta cualquier síntoma que necesite una explicación o tratamiento.

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