
Dra. Eileen Rinze España
¿Ha escuchado usted hablar del glaucoma? Seguramente alguna vez lo ha escuchado de boca de algún familiar, vecino o amigo. El glaucoma es una enfermedad que daña de forma progresiva al nervio óptico, generalmente secundario a un aumento de la presión del ojo. Es más común en personas mayores de 40 años, también en quienes tienen familia con glaucoma, así como en personas de origen latino y raza negra.
Muy bien, pero ¿qué síntomas tiene que percibir usted para consultar al oftalmólogo y saber si usted padece de glaucoma?
Para empezar es importante saber que existen dos tipos principales de glaucoma. El glaucoma primario de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado:
1. Glaucoma de ángulo abierto: este es el más común de los tipos de glaucoma. En este caso el drenaje interno del ojo aunque se ve abierto pareciera haberse tapado y el líquido que se produce adentro del ojo, llamado humor acuoso, se acumula causando una elevación de la presión intraocular. A este glaucoma se le llama “el ladrón silencioso de la visión” porque no da síntomas tempranos.
La visión que se empieza a perder es periférica pero la calidad de visión no se pierde sino hasta que la enfermedad ya está muy avanzada. Por esto es muy difícil que una persona se dé cuenta que tiene glaucoma de ángulo abierto si no visita regularmente a su oftalmólogo.
Es importante saber que la visión perdida por glaucoma no se recupera con ningún tipo de tratamiento. Si su médico detecta que usted tiene glaucoma, él iniciará un tratamiento para prevenir que haya más daño.
Es importante saber que la visión perdida por glaucoma no se recupera con ningún tipo de tratamiento.
2. Glaucoma de ángulo cerrado: este es menos común de los dos, pero generalmente es más agresivo. Éste tipo de glaucoma, sí puede dar algunos síntomas:
- Dolor intenso de ojo y cabeza, ojos rojos
- Náusea y vómitos
- Halos como arcoíris alrededor de las luces
- Pérdida súbita de la visión
En este tipo de glaucoma puede haber un cierre súbito del drenaje del humor acuoso dentro del ojo causando un aumento rápido de la presión intraocular. Cuando esto sucede se le llama “glaucoma agudo” y es considerado una emergencia.
Si usted tiene alguno de los síntomas mencionados con anterioridad, consulte lo antes posible a su oftalmólogo, ya que de lo contrario podría tener una pérdida permanente y severa de visión.
Si usted es diagnosticado con glaucoma, deberá asistir varias veces al año al oftalmólogo para asegurarse de que su enfermedad está controlada y seguir el tratamiento que se le indique.
Recuerde que el glaucoma no se cura pero es posible controlarlo y, como cualquier enfermedad crónica, usted debe seguir las instrucciones de su médico para mantener su salud visual en las mejores condiciones posibles.

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