
Por la Dra. Eileen Rinze E.
Melissa es una joven de 19 años que está feliz porque consiguió un trabajo con el que podrá ayudar a su mamá y hermanos pequeños. Además asiste a la universidad en las tardes.
Trabaja en el departamento de Servicio al Cliente de una tienda de mucho prestigio y necesita verse muy presentable. Notó que a veces sus ojos estaban un poco rojos y la gente la miraba con desconfianza, pero en la farmacia le recomendaron unas gotas maravillosas, eso dejó de ser problema.
Las gotas que le dieron en la farmacia son tan buenas que las recomienda a todo el mundo y porque además de quitarle lo rojo, le quitan cualquier ardor y evitan infecciones. Todos los días antes de salir de la casa se pone una gota en cada ojo y listo. Tiene otro frasco en el trabajo en caso de necesitar otra gota más tarde.
A los 6 meses de haber empezado en el trabajo, el jefe de Melissa nota que ella se apoya en las paredes al caminar y que con cierta frecuencia choca con las personas o cosas en su camino. Sin embargo, su trabajo lo sigue haciendo muy bien. El jefe le recomienda a Melissa una evaluación oftalmológica lo más pronto posible.
Al terminar el examen, el oftalmólogo le informa que la presión de sus ojos está muy alta y secundario a esto, sus nervios ópticos están muy dañados. Ha perdido gran parte de la visión periférica y en el ojo izquierdo ya empezó a perder la visión central. Ella pregunta si esto podría mejorar con gafas pero el médico le dice que este problema no mejora con gafas, que la visión perdida no la va a recuperar y que lo único que puede hacer es cumplir con el tratamiento para evitar que siga perdiendo más visión.
Melissa no entiende por qué le está pasando esto a ella, nadie en su familia padece de esto y lleva un estilo de vida bastante saludable. Entonces el oftalmólogo le pregunta si ha estado usando alguna gota en sus ojos. Ella le muestra el colirio que le dieron en la farmacia para quitarse lo rojo del ojo y que lo usa desde hace más o menos 6 meses. Es un colirio que contiene 3 medicamentos: cloranfenicol (un antibiótico), dexametasona (un esteroide) y nafazolina (un vasoconstrictor) y que por eso es muy efectivo para los ojos rojos y se siente cómodo al usarlo.
El oftlamólogo le explica que la Dexametasona es la razón por la que tiene alta la presión en sus ojos. Los esteroides en gotas para los ojos, como la Dexametasona, Prednisolona y Fluorometolona pueden causar un aumento de la presión del ojo hasta en un 30% de la población y si no se detecta a tiempo se puede producir la enfermedad conocida como Glaucoma.
Melissa deberá suspender definitivamente el uso de ese colirio y usar otros que sirven para bajar la presión del ojo. Incluso debe tomar unas tabletas y sabe que de no controlarse la presión ocular con las gotas, es probable que necesite cirugía.
El médico le explica que uno de los medicamentos que le recetó para bajar la presión ocular, llamado timolol, podría también bajar su frecuencia cardiaca, y con menor probabilidad, producirle tos. Otro de los medicamentos, llamado brimonidina, podría producirle sueño y depresión. Le contó que este medicamento en los bebés y los ancianos puede incluso provocar un paro respiratorio por depresión del sistema nervioso central, por lo que si tiene alguna molestia deberá informárselo.
Melissa salió de la clínica impresionada del poder que puede tener una gota en el ojo.
Todas las gotas para los ojos pueden tener efectos locales y sistémicos, pues siempre hay un poco del medicamento que se absorbe después de pasar por el conducto lagrimal. Son un arma muy poderosa del oftalmólogo, pero como todas las armas, el uso inadecuado puede acarrear terribles consecuencias.
La próxima vez que vaya a la farmacia buscando un colirio, piénselo dos veces y visite a su oftalmólogo. Él le podrá recomendar el adecuado para usted, le indicará cualquier efecto secundario que este podría tener y el tiempo prudencial de utilización.
Visión Integral es una clínica oftalmológica privada ubicada en la ciudad de Guatemala. Somos un equipo de 8 especialistas graduados de las mejores Universidades de Guatemala, Estados Unidos y Canadá que trabajamos juntos desde 1987.

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