
por el Dr. Jorge Rafael Hernandez, especialista en glaucoma
El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que causan un daño progresivo al nervio óptico en el punto en que sale del ojo para llevar la información visual al cerebro.
Si se deja sin tratamiento, la mayoría de los tipos de glaucoma progresan (sin síntomas previos ni evidentes para el paciente) gradualmente empeorando el daño visual y pueden llevar a la ceguera. Una vez que ocurre, el daño visual es irreversible, y por esto es que al glaucoma se le llama la "enfermedad silenciosa de la ceguera" o el "ladrón furtivo de la vista".
El glaucoma es la segunda causa más común de ceguera en el mundo. Se estima que 4,5 millones de personas en todo el mundo están ciegas debido a glaucoma, y que esta cifra se elevará a 11,2 millones en 2020. Cabe señalar que debido a que la progresión de la enfermedad es silenciosa - por lo menos en sus primeras etapas - hasta un 50% de las personas afectadas en los países desarrollados ni siquiera son conscientes de tener glaucoma. Este número puede aumentar a 90% en un país con poco acceso a servicios médicos.
Hay varios tipos de glaucoma. Algunos pueden ocurrir como una complicación de otros trastornos visuales (los llamados glaucomas "secundarios"), pero la gran mayoría es un glaucoma "primario", es decir, se produce sin una causa conocida.
Por un tiempo se creyó que la causa de la gran parte o de todos los glaucomas era la presión alta dentro del ojo (conocida como presión intraocular – que a veces se abrevia como PIO).
Sin embargo, ahora se ha establecido que incluso las personas sin una PIO anormalmente alta pueden sufrir de glaucoma. La presión intraocular se considera por lo tanto hoy en día como un "factor de riesgo" para el glaucoma, junto con otros factores como la ascendencia racial, los antecedentes familiares, la miopía alta y la edad.
Algunas formas de glaucoma pueden ocurrir al nacer (congénita) o durante la infancia y la niñez (juvenil), sin embargo, en la mayoría de los casos el glaucoma aparece después de la cuarta década de vida, y su frecuencia aumenta con la edad. No hay ninguna diferencia claramente establecida en la incidencia de glaucoma entre hombres y mujeres.
Los tipos más comunes de glaucoma del adulto son glaucoma de ángulo abierto (GAA) - la forma más frecuente en los pacientes de origen caucásico y africano - y glaucoma de ángulo cerrado (GAC), que es la más común en los pacientes de origen asiático. El glaucoma de ángulo cerrado es a menudo crónico, como el GAA, pero a veces puede ser agudo, en cuyo caso suele presentarse como una enfermedad ocular muy dolorosa que conduce a la pérdida rápida de la visión.
Todavía no existe cura para el glaucoma, y la pérdida de visión por esta enfermedad es irreversible. Sin embargo usar ciertos medicamentos o una cirugía (tradicional o con láser) pueden detener o volver más lenta cualquier pérdida de visión. Por lo tanto, la detección temprana es esencial para limitar la discapacidad visual y la prevención de la progresión hacia la discapacidad visual grave o ceguera.
Su oftalmólogo (especialista en ojos) puede detectar el glaucoma en sus primeras etapas y le aconsejará sobre el mejor curso de acción.

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