
Por el Dr. Fredy Lopez Maldonado
Oftalmologo especialista en Retina de Visión Integral
El día 5 de junio se presentó a nuestra clínica Carlos, 23 años, para una evaluación de emergencia. Hacía 7 semanas había tenido un accidente en su lugar de trabajo.
Él es mecánico y al momento de estar reparando un motor, había una pieza que la única forma de sacarla era martillándola de una forma dura, lo intentó dos veces sin éxito, en la última utilizó toda su fuerza y la pieza salió pero “algo saltó” a su ojo izquierdo con lo que inició con un severo dolor y con la inmediata pérdida de la visión.
Consultó de forma urgente con un colega oftalmólogo quien encontró una herida corneal amplia y un rompimiento del cristalino. Carlos fue operado inmediatamente y le hicieron un cierre de la herida corneal y una aspiración de los restos del cristalino.
La evolución no fue adecuada, en lugar de recuperar visión, ésta fue perdiéndose progresivamente, el dolor fue en aumento hasta un punto de no responder a ninguna terapia convencional para aliviarlo. Carlos decidió consultar con otro colega quien, luego de realizar un ultrasonido, encontró un cuerpo extraño intraocular en el ojo izquierdo.
Carlos fue referido a nuestra clínica para evaluar la posibilidad de realizar una cirugía de extracción del cuerpo extraño. Cuando examinamos al paciente llamaba la atención el dolor severo y la pérdida de la visión casi total, debido a ello y por los hallazgos del ultrasonido se le llevó a cirugía inmediatamente.
En cirugía, debido a su gran tamaño, no se pudo extraer el cuerpo extraño con ningún instrumento. Un cuerpo intraocular metálico va a libera el material férrico tóxico que puede causar una inflamación severa alrededor del ojo y esto puede llevar a otros problemas más serios como meningitis o abscesos cerebrales, los cuales pueden poner en riesgo la vida del paciente. Por eso, y considerando que el dolor venía en aumento, se decidió extraer todo el ojo, por supuesto, con el consentimiento del paciente y de la familia.
La evolución clínica después de la cirugía fue espectacular, primero el paciente ya no tuvo dolor. Actualmente se está esperando un período de al menos 4 meses antes de colocarle una prótesis ocular para permitir una adecuada rehabilitación cosmética. En estos días esta por reiniciar sus actividades laborales.
Este caso clínico dramático REAL y RECIENTE, que no tiene el final que todos hubiéramos querido. Lo peor es que se hubiera podido PREVENIR si Carlos hubiera utilizado gafas protectoras.
Esto pone de manifiesto el impacto social que tienen los accidentes laborales en nuestra sociedad. Reconocemos que este caso es probablemente de los más serios, pero tiene impacto a todo nivel, por el lado individual: un muchacho joven, mecánico, soltero, quien en este momento se encuentra en medio de todas las secuelas físicas, emocionales y psicológicas que esto va a dejar en su vida.
Las secuelas familiares: el impacto emocional que esto deja en los miembros de la familia; y el impacto económico, ya que ellos cubrieron con todos los gastos derivados de las dos cirugías y lo van a apoyar en pagar el costo de la rehabilitación cosmética (eso incluye el diseño y la futura compra de la prótesis).
A nivel de trabajo, también hay secuelas: las ausencias laborales, la posibilidad de perder el empleo, etc.
Cuando miramos en su conjunto, este problema tuvo consecuencias muy complejas, pero el auténtico drama es darse cuenta que con el uso de unas gafas protectoras se hubiera PREVENIDO TODO.
Hace unos años en Estados Unidos, MEDICARE hizo un estudio donde analizaba los costos de tratamiento de un trauma ocular versus los costos de prevención, específicamente ante un problema de CUERPO EXTRAÑO INTRAOCULAR, como el de nuestro paciente. Los gastos completos para tratar esta situación era un promedio de US$ 80,000.00 mientras que los costos de prevención eran $2.00 (lo que costaban las gafas protectoras).
Exactamente esa es la característica básica del trauma ocular, que el tratamiento principal es PREVENTIVO. Es que el problema del trauma ocular es que no hay fronteras para los daños anatómicos que suceden. Así como puede dejar únicamente una contusión muy leve, puede en casos como el que describimos al principio, dejar serias secuelas e incluso la pérdida de la pieza ocular. Por lo que lo ideal es un manejo PREVENTIVO adecuado a nivel institucional y personal para evitar que sucedan este tipo de problemas.

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