
Por el Dr. Fredy Oswaldo López Maldonado, especialista de Retina y Vítreo de Visión Integral
En la primera parte de esta serie de artículos hablamos generalidades de la estructura anatómica y funcional de la región macular que es la zona de nuestros ojos especializada en la visión central. En este artículo nos enfocaremos en los signos y síntomas más frecuentes que un paciente puede presentar por problemas en la mácula. También vamos a revisar las pruebas más comunes que se pueden solicitar para examinar la región macular.
Síntomas de un problema de mácula
Los pacientes que probablemente tienen problema de mácula pueden consultar por un abanico de posibilidades que incluye: pérdida de la agudeza visual central (porque mira menos aún con anteojos), distorsión central, percepción de manchas oscuras o puntos en la visión central, la sensación de ver en diferente tamaño las cosas al comparar un ojo con el otro.
La distorsión central es un síntoma característico de muchas enfermedades en la mácula y consiste en la sensación de ver ondulado, torcido o irregular las cosas que sabemos que son rectas.
Pruebas clínicas para diagnosticar un problema de mácula
Entre las pruebas clínicas que se pueden hacer está determinar la mejor agudeza visual de lejos y cerca, con la mejor corrección de anteojos. Es fundamental que el examen del ojo sea completo e incluya el resto de las estructuras anatómicas del ojo para descartar otras afecciones para finalmente llegar a la mácula.
La mácula se puede evaluar por medio de la combinación de una oftalmoscopía indirecta y una biomicroscopía con diferentes lentes. Estos exámenes generalmente están a la mano en cualquier consultorio oftalmológico y deberán realizarse con la pupila dilatada.
Una prueba muy sencilla de hacer que da una invaluable información es la llamada Rejilla de Amsler. Esta prueba ayuda a detectar el tipo de imagen que percibe la mácula y cómo ésta puede ser alterada, distorsionada o deformada. La rejilla de Amsler nos sirve no solo para ver dónde, sino también cómo y cuánto se altera una imagen.
Exámenes especiales para diagnosticar un problema de mácula
Si los exámenes preliminares apuntan hacia problemas de la mácula el oftalmólogo puede solicitar una serie de exámenes especiales los cuales ayudarán a confirmar la sospecha clínica y determinar el mejor tratamiento.
Probablemente el examen que proporciona la mejor calidad de información es la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) macular. En esta prueba se obtiene una perfecta evaluación de la mácula a través de sus distintas capas, no es invasiva o dolorosa, y es muy cómoda para el paciente. El OCT es una de las mejores herramientas para el diagnóstico, control y seguimiento de problemas de mácula.
Otra prueba que da mucha información es la angiografía de la retina con fluoresceína sódica (AGF). Esta prueba consiste en la inyección de un medio de contraste (fluoresceína sódica) en una vena del brazo; por medio de una cámara especial se observa el comportamiento de la circulación en los vasos de la retina pudiendo evaluar la integridad de estructuras como el epitelio pigmentado de la retina. La AGF podría generar una reacción alérgica en algunos pacientes por lo que es muy importante preguntar al paciente antecedentes de este tipo antes de hacerlo. El riesgo de tener una alergia es muy bajo.
En general con estos exámenes, ya sea la combinación de ellos o cada uno por separado, podemos obtener información que junto con los hallazgos clínicos nos permita acercarnos a un diagnóstico exacto de la mácula. A partir de allí se puede elegir el mejor tratamiento para el paciente.
Consulte a uno de nuestros oftalmólogos especialistas en Visión Integral.
En artículos posteriores presentaremos los problemas médicos más comunes que pueden afectar a la región macular.

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