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Trauma Ocular Infantil

Por la Dra. Ana Raquel Hernández Cospín
Oftalmóloga Pediatra de Visión Integral

 

Se acercan las vacaciones escolares y con ellas también los niños hacen muchas actividades diferentes en las que hacen deporte, y cursos de vacaciones con todo tipo de actividades durante estos meses. Además están las celebraciones de fin de año, fiestas, convivios y reuniones en las que todos estamos expuestos a juegos pirotécnicos, candelas, fogatas y muchas personas alrededor.

 

Esta época es muy alegre pero también conlleva una responsabilidad muy grande para todos los adultos que tenemos niños alrededor nuestro. Los accidentes están a la orden del día y si no tomamos medidas de precaución podemos ensombrecer las fiestas con golpes, quemaduras y traumas.

 

El trauma oftalmológico es muy frecuente en esta época del año y aumentan las consultas de emergencia por trauma ocular. La mayoría de las lesiones pueden ser leves pero las que llegan a ser severas pueden dejar secuelas muy graves como la pérdida de visión en un ojo.

 

La mayoría de los casos de trauma ocular (80%) se da en varones y 2/3 de las lesiones se dan en actividades en la escuela, el hogar y durante el juego.
En menor porcentaje, se ven las lesiones por el deporte, accidentes automovilísticos y por violencia o agresión física. Los resultados van desde recuperación del 100% de la visión hasta la ceguera unilateral, la pérdida del globo ocular, pasando por la ambliopía severa o moderada.

 

El trauma ocular está dentro de las primeras 6 causas de ceguera monocular no congénita en el mundo.

 

Es una importante fuente de morbilidad y causa de pérdida visual además de los trastornos psicológicos que puede dejar.

 

El trauma ocular es raro en menores de 3 años y sumamente frecuente (73% de los casos) entre las edades de 6 a 14 años.

 

Usualmente el trauma es provocado por otros niños durante el juego o peleas, en esos casos, cualquier objeto puede ser un arma: las piedras, los palos, los útiles escolares, los juguetes, la tijera, los tenedores, las mascotas, los fuegos artificiales, los muebles, los cables, el cigarrillo, etc. Todo estos son ejemplos de objetos que pueden ser los agentes productores del trauma pero también, muy importantemente, las patadas, puñetazos, uñas, codos, cabezazos, etc.

 


Existen también los agentes de ALTO RIESGO como los cohetes o cohetillos, navajas y objetos punzocortantes, pistolas de todo tipo, dardos, aviones, cristales, metales, pelotas de diferentes deportes, botellas, ramas, raquetas, hules y demás. Estos últimos tienen la característica que pueden ser lanzados con mucha fuerza y velocidad y por lo tanto, causar mucho daño y destrucción por donde pasen.

 

 

Es importante poder reconstruir la historia de forma  precisa y detallada porque puede ayudar a identificar el agente productor y, por lo tanto, a evaluar el riesgo de contaminación. Las infecciones pueden complicar una lesión leve o sencilla y volverse una verdadera tragedia.

 

 

En los servicios de emergencia se reportan un 40 a 50% de los casos que requieren cirugía. Esto puede prolongar la recuperación y además aumentar los costos. Las secuelas psicológicas necesitarán de mucho apoyo por parte de personal muy capacitado para culpas, miedos, angustias, vergüenza, venganzas y otras emociones fuertes.

 

 

La clave del trauma ocular es la PREVENCIÓN. ¿Cómo? Con la educación e información de padres, maestros, educadores, niñeras, entrenadores, y en general todo adulto que esté cerca de un niño. Es importante supervisar los juegos, evitar juegos de alto riesgo, evitar juguetes de alto riesgo o peligrosos, alejar químicos y objetos cortantes, alejar utensilios de cocina, impedir el uso de pistolas de toda clase, insistir en la obligación del uso de cinturones de seguridad.

 

 

Es importante que los niños utilicen equipo de protección en los deportes como cascos, máscaras, lentes, guates, etc., estos no previenen los accidentes pero protegen de lesiones más graves.

 

 

Dentro de la población pediátrica existe un tipo específico de trauma que es necesario hacer notar. El “Shaken Baby Syndrome”. Los bebés sufren de sacudidas violentas por parte de los padres o cuidadores y en consecuencia pueden desarrollar problemas oculares y cerebrales severos. Los bebés pueden desarrollar hemorragias intra-craneanas y retinianas entre otras complicaciones. La población infantil es muy vulnerable a estas situaciones.

 

 

Una vez más, la prevención es el mejor método de abordar el trauma ocular, tanto infantil como a cualquier edad.

 

Se recomienda que se consulte a un oftalmólogo competente por cualquier trauma por leve que parezca ya que pueden ocurrir lesiones internas que no son visibles a simple vista y pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.

 

Con información parcial tomada de:
Anales españoles de Pediatría /C. Burgueño Montañes, et. al. /Servicio de Oftalmología del Hospital Central de Asturias 1,998.
 

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ATENCIÓN: La información publicada aquí no tiene el propósito de reemplazar el diagnóstico, tratamiento o consejo de un médico profesional. Usted siempre debe consultar a un profesional de la salud con las preguntas específicas sobre alguna condición médica.