
Síntoma de enfermedad ocular
Por el Dr. Luis Felipe Hernández Matute
Oftalmólogo especialista en retina y vítreo de Visión Integral
El ojo rojo es una causa sumamente frecuente en las visitas a las clínicas oftalmológicas. Se presenta en un amplio espectro de condiciones oculares, que varían desde situaciones sin mayor trascendencia patológica, hasta procesos de enfermedad severa. Por ejemplo, los ojos están “rojos” después de una noche de fiesta o de insomnio, pero también se presentan en casos de infecciones severas y glaucoma agudo.
“Lo rojo del ojo” es la reacción de vasodilatación de la red vascular de la mucosa ocular, la conjuntiva.
El criterio básico para establecer el grado de seriedad en un caso de “ojo rojo” es su asociación, o no, a otros síntomas, o situaciones tales como:
1. Alteración de la visión
2. Dolor Ocular
3. Presencia de secreciones anormales: Lagrimeo, Mucoide, o Purulenta
4. Exposición a sustancias tóxicas
5. Historia de traumatismo
6. Prurito
7. Alergias
8. Antecedentes de enfermedades sistémicas de tipo inmunológico
9. Exposición de la conjuntiva al medio ambiente (defectos de cierre de los párpados).
10. Tiempo de evolución
Generalmente los casos no asociados a alguna de dichas condiciones mencionadas anteriormente, son de tipo benigno y no suelen poner en riesgo la visión:
Conjuntivitis: Reacción inflamatoria, generalmente aguda, de la conjuntiva. Puede ser originada por:
a) Infecciones: Bacterianas, virales, micóticas
b) Alergias: Asociada a rinitis alérgica, medio ambiente (alergia estacional), hipersensibilidad a la luz solar
c) Exposición a sustancias: Químicas, tóxicas, irritantes.
d) Presencia de cuerpos extraños
e) Trauma ocular
Hemorragia Subconjuntival: Puede estar asociada a hipertensión arterial, esfuerzos físicos extremos, fragilidad capilar. Se presenta con frecuencia, en forma súbita, que causa ansiedad y temor al paciente. No afecta los tejidos intraoculares, ni la visión. Se reabsorbe sin tratamiento en pocos días.
Uveítis: Es la inflamación del tejido intraocular conocido como “úvea” (iris, cuerpo ciliar y coroides). Produce disminución de la visión, dolor ocular y alteraciones de la presión intraocular, se presenta como un tipo de ojo rojo. Debe ser tratada pronto y adecuadamente.
Se clasifica como:
a) Uveítis anterior o iriditis si se afecta solamente el segmento anterior
b) Uveítis posterior si se afecta coroides y retina
c) Panuveítis, si ambos segmentos están afectados
Glaucoma agudo: Ocasionado por el cierre de forma abrupta del ángulo iridocorneal. Se presenta como un severo dolor ocular, dolor de cabeza, pérdida de la visión, náuseas y vómitos. Es un cuadro sumamente alarmante y angustiante para el paciente. Debe ser atendido de emergencia, ya que su tratamiento es quirúrgico (con láser o cirugía).
Glaucoma Neovascular: Es una forma grave de glaucoma, debido del cierre del ángulo iridocorneal por proliferación neo vascular de la raíz del iris. Se presenta en personas con diabetes avanzada y mal controlada y en paciente que han tenido oclusiones vasculares de la retina. Si se deja sin tratamiento, evoluciona a lo que se conoce como Glaucoma Absoluto con pérdida total e irreversible de la función visual.
Como vemos, el concepto “ojo rojo” es muy amplio. Abarca desde condiciones muy simples e irrelevantes, hasta procesos de gran riesgo para los tejidos del ojo y la función visual; por lo tanto, el tratamiento debe basarse en criterios muy claros para no causar daño adicional y ser efectivo para la curación de las enfermedades. Consulte a su oftalmólogo en vez de auto-medicarse.

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